Martina era la más decidida de las dos..., Jenni sin embargo era más familiar, ambas eran muy similares, es lo que tienen las gemelas, se parecen como dos gotas de agua, solo que en este caso el parecido solo era físico pues Martina y Jenny, a pesar de haber crecido juntas, pensaban de manera totalmente diferente. Martina tenía picardía, no se podía parar quieta en ningún lado y no parecía tener miedo de nada, Jenni era pausada, muy racional y organizada. Vivían en un pueblecito de México con sus padres, su abuela, su hermano Juan y tres primos pequeños. De pequeñas fueron juntas a la escuela, Jenni sacaba buenas notas, Martina dibujaba en los bordes del cuaderno. Con la muerte de su madre tuvieron que dejar de estudiar. Jenny ayudaba a su abuela con la casa, cambiaba a los primos pequeños y hacía la comida para Juan y su padre, Martina coqueteaba con los vecinos y se divertía viendo la vida pasar.
Un día el destino dio un giro inesperado y sus caminos se separaron. Martina conoció a un empresario estadounidense, era un hombre mayor con cara de vicio que se divertía con las extravagancias de la exótica martina, tenía dinero y se dedico a visitarla haciéndole regalos, era complaciente con ella, la cogió cariño, Martina le dejaba hacer ante el mundo de posibilidades que el le iba mostrando. Finalmente se casaron, Martina se fue con el y su vida cambio, Jenny leía en sus cartas la cantidad de cosas que tenía, como eran los EEUU, donde vivía… Jenny seguía en la casa cuidando de que todo fuera bien. Sus vidas pasaron a ser tan diferentes como habían sido sus personalidades. Y Jenni cada vez se enfadaba más con el mundo, no podía entender como después de toda una vida sin el más mínimo esfuerzo Martina había conseguido salir del agujero mientras que ella seguía en él, dedicándose a limpiarlo como única ocupación. Tras un tiempo de resentimiento, volvió a estudiar, y esto la distrajo, consiguió acabar los estudios y se puso a trabajar en una empresa mexicana, humilde en comparación con las americanas, pero digna. Conoció a un buen hombre y se caso con él. La vida fue pasando y Jenni disfrutaba de su vida en México, crió a sus hijos junto a su familia, y podía ayudar a su padre siempre que fuera necesario. Martina crió a su hijo junto a la señora de la limpieza, que por cierto también era de México y se pasaba el día sola mientras su marido viajaba.
Nacieron el mismo día, prácticamente a la misma hora y eran casi indistinguibles…y sin embargo vivieron realidades completamente diferentes.
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